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Contaminación lumínica, un problema que no se ve.

La contaminación lumínica es un problema invisible. Es fácil concienciarse con la importancia de tener agua transparente en los ríos, la gente se ofende cuando encontramos basura en el campo, sabemos apreciar el aire limpio del monte y de zonas rurales, incluso la contaminación acústica tiene sus límites y regulaciones. Pero la contaminación lumínica, por mucho que brille, no se ve.

Los perjuicios de la contaminación lumínica son varios, afectan al medio ambiente, a la fauna, a la salud, al desarrollo de la ciencia y al derecho de cualquier ciudadano a conocer su vecindario cósmico. El este post sobre contaminación nos centraremos  en estos aspectos y en un segundo artículo explico cómo aprender a verla y cómo alumbrar correctamente.

¿Cómo afecta al medio ambiente y la biodiversidad?

Sabemos que muchas especies, gracias a la evolución, se han adaptado a la oscuridad como forma de supervivencia. Existen varias adaptaciones:

  • Algunos animales viven de noche y se desplazan con otros sentidos que no tiene por que ser la vista.
  • Los depredadores nocturnos se han adaptado utilizando la noche como el momento ideal para conseguir sus alimentos.
  • Algunas especies diurnas necesitan de completa oscuridad para un descanso nocturno seguro. Su sueño es menos profundo en noches iluminadas (como las de luna llena) para evitar a los depredadores, pero necesitan ciclos de descanso profundo de 28 días aproximadamente (ciclo lunar).

Esta fauna se encuentra amenazada por la desaparición de su hábitat natural, la oscuridad. Especialmente en las inmediaciones de las ciudades o núcleos rurales. Las especies amenazadas reducen su población hasta el peligro de extinción, la extinción por zonas o la extinción completa.

Entre esta fauna amenazada entran todo tipo de animales. Normalmente pensamos en mamíferos vertebrados, aves o reptiles y efectivamente estos animales están en peligro. Además de ellos hay que destacar el caso de los insectos. La mayoría de los insectos son nocturnos y aunque no son muy apreciados por los humanos son muy importantes para el medio ambiente. Bien sea por su labor de polinización o bien por que son un importante aporte de proteínas a la base de la pirámide alimenticia. Muchísimas especies se alimentan de ellos al menos en sus etapas tempranas.

Es fácil explicar el efecto que hacen las fuentes de luz sobre los insectos, porque todos lo hemos visto durante el verano. Las farolas están llenas de insectos que atraídos por la luz no pueden salir de ahí hasta la muerte. Esto tiene principalmente dos consecuencias:

  • La disminución de muchas especies de insectos, que no cumplen con sus labores reproductivas porque son más atraídos por el alumbrado público que por las llamadas de sus parejas.
  • El exceso de alimentación de especies insectívoras crea plagas o colonias junto a estos núcleos luminosos. El crecimiento en colonias es problemático sobre todo para esas especies que solo son insectívoras en sus primeras etapas de vida y al crecer se enfrentan a falta de alimento para una población tan grande.

Además, sobreiluminarnos es un derroche energético que impacta en el calentamiento global y en los bolsillos. Es cierto que la luz LED ha abaratado los costes de la luz (aunque también ha introducido nuevos problemas) pero eso no significa que tenga sentido derrochar luz. Es triste ver como se cambian viejos sistemas de iluminación por nuevos sistemas LED mucho más luminosos solo por ser más una luz más barata que la anterior.

¿Realmente afecta a la salud?

El mecanismo es simple. Existe una hormona llamada melatonina. La melatotina es la hormona que regula el sueño, básicamente a través de la luz de ambiente le dice al cuerpo si es de día y el cerebro tiene que estar en plena actividad o si es de noche y tiene que prepararse para el descanso nocturno. Con la luz artificial (especialmente luz blanca) de las nuevas farolas LED, pantallas de ordenadores o dispositivos móviles estamos engañando al cerebro y no permitiendo generar melatonina hasta el mismo momento que dejamos el smartphone en la mesilla. De este modo, disminuye la calidad del descanso y esto, evidentemente, afecta de muchas maneras a nuestra salud.

La falta de un sueño de calidad facilita la aparición de ansiedad, estrés o depresión. También disminuye el rendimiento físico y mental durante el día. Baja las defensas del cuerpo ante enfermedades y virus. En estudios (3) realizados recientemente también relacionan la contaminación lumínica con un aumento del cancer de mama o de colon.

Actualmente las personas con mayores trastornos del sueño son las personas mayores y creo que es de justicia cuidarlas y no llenar su entorno de luces LED blanco.

Desarrollo de la ciencia.

A día de hoy los principales observatorios astronómicos están arrinconados en lugares del globo terrestre de baja densidad de población (como Teruel o Atacama en Chile) y está siendo necesario proteger esos entornos con normativas sobre iluminación (Canarias o Hawaii).

Estos observatorios son frecuentemente mejores instrumentos de observación que tenemos y por lo tanto nuestra ventana al universo. No parece que tenga sentido limitar nuestra capacidad de observación teniendo tanto por aprender del universo como tenemos. Ni parece que tenga sentido complicar la vida a los científicos con la labor tan importante que tienen por desarrollar.

Eliminar los cielos de las ciudades también impacta en los futuros astrónomos que puedan decidir estudiar esta ciencia. Difícilmente una persona puede dedicar la carrera a esta ciencia si desde su lugar de residencia a penas se ven un puñado de estrellas. Gracias a los cielos que tenemos en nuestro país muchos países (o unión de países) han invertido en construir observatorios en nuestro territorio. Eso nos da tiempo de observación propio en estos grandes telescopios y la posibilidad de realizar estudios científicos «Made in Spain». Además estos grandes observatorios necesitan ingenieros y operadores para construirlos y controlarlos. La astronomía en nuestro pais es una salida laborar real para nuestros investigadores. Si bien conseguir ser astronauta es más difícil que ser ministro, ser astrónomo es una realidad fácilmente alcanzable con un poco de esfuerzo.

Disfrute de la astronomía.

Los que disfrutamos de un cielo oscuro, una noche estrellada, la via láctea u objetos de cielo profundo a simple vista parecemos «románticos de las estrellas», sobre todo por todos los esfuerzos que realizamos para poder ir a un lugar donde se den las condiciones apropiadas. Afortunadamente no somos pocos y es que todo el mundo quiere conocer el lugar dónde vive, ya sea tu casa, tu pueblo/ciudad, tu país, tu planeta, tu sistema solar o tu cúmulo galáctico.

Durante siglos se han podido observar las visitas del cometa Halley a simple vista y así deducir su periodicidad (unos 76 años aprox.) sin usar instrumentación astronómica. Hoy en día un descubrimiento así sería impensable como impensable son los descubrimientos que la contaminación lumínica nos oculta.

A los más pequeños les encantan las estrellas, planetas o luna. No en vano muchas de sus canciones y cuentos están inspirados en ellos. Lamentablemente desde sus lugares de residencia no pueden observarlos y solo lo lograrán si sus padres les acercan a algún lugar de divulgación (en el mejor de los casos 3 o 4 veces hasta que sean mayores de edad) o si mantienen esa curiosidad cuando sean mayores.

Referencias:

[4] Conferencia «Protección de nuestros cielos oscuros y estrellados» de Jaime Zamorano organizada por la sociedad astronómica Syrma.

Un comentario de “Contaminación lumínica, un problema que no se ve.

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